Cursos en Dirección de Operaciones y SCM

La logística, siempre ha sido uno de los departamentos que más ha contribuido en la competitividad de las empresas. Los entornos inestables y cambiantes están dificultando la gestión de las áreas de operaciones. A esto, se le tiene que sumar el impacto que ha supuesto la revolución tecnológica y la irrupción del e-commerce

Las compañías deben ser conscientes de la importancia que tiene integrar eficazmente la cadena de suministro y logística. Con su implementación, las organizaciones pueden reducir los costes operativos entre un 20% y un 30%. Ahora bien, los nuevos retos y desafíos a los que se enfrentan las compañías están evidenciando las debilidades que presenta la gestión de la cadena logística.

Ante estos contextos inestables y volátiles, las empresas requieren de profesionales capacitados para hacer frente a los retos y aprovechar las oportunidades que se presentan. 

Por ello, las formaciones especializadas en dirección de operaciones y supply chain management (SCM) cada vez son más demandadas. La gestión de operaciones requiere de profesionales capaces de incorporar la logística 4.0 a la cadena de suministro con la que satisfacer las necesidades de los clientes que está comportando la cuarta revolución industrial.  

La cadena de suministro o supply chain consiste en la gestión del producto o servicio desde la planificación hasta su consumo. Es decir, abarca todos los pasos, incluyendo la propia logística. Este proceso incluye tanto a individuos, actividades, recursos, tecnología y organizaciones. Y tiene como objetivo aportar una ventaja competitiva sustancial a la compañía en la que opera a través de la optimización de los recursos involucrados en la cadena de distribución de la compañía.

El contexto actual, altamente digitalizado, obliga a que los profesionales de la cadena de suministro, es decir, los supply chain manager sean los encargados de incorporar nuevos sistemas que agilicen los procesos logísticos.

Las nuevas exigencias obligan a que las compañías deban responder a las necesidades de los consumidores de una forma eficiente y sostenible. Esto supone un gran reto y desafío en el área logística ya que cada vez es más difícil hallar estrategias que aseguren un equilibrio entre coste, servicio y calidad.

La transformación digital, ha pasado de ser una necesidad a largo plazo a una obligación para el presente. Las operaciones están evolucionando hacia ecosistemas inteligentes. Esto está comportando que los procesos, flujos y capacidades de las organizaciones deban adaptarse a ello en el menor tiempo posible si aspiran a ser competitivos en los mercados en los que operan.

La dirección de Operaciones (DO) es una de las áreas funcionales de cualquier negocio. Como el resto de áreas que operan en una empresa, las operaciones también se han visto afectadas tras el impacto del contexto inestable actual.

Además, la globalización de las últimas décadas y la revolución tecnológica ha hecho que las organizaciones hayan tenido que transformar los procesos a estas nuevas realidades.

El área de operaciones se encarga de implementar los objetivos estratégicos de la empresa. Para ello, debe gestionar los recursos necesarios para desarrollar, producir y distribuir bienes y servicios que cumplan con las necesidades de los clientes.

Entre las principales tareas del departamento de dirección de Operaciones destaca la planificación, el aprovisionamiento, la ejecución, la entrega y las devoluciones. En función del resultado de esas actividades se determinará la capacidad de respuesta del negocio.

El director de operaciones es la persona encargada de liderar las operaciones de la compañía y gestionar los recursos para asegurar una eficiente implementación de los planes de negocio.

Uno de los mayores desafíos para los centros de producción y operaciones en la empresa es la incipiente transformación digital. La aparición de los ecommerce y la logística 4.0 está transformando los procesos que conforman la cadena de distribución del negocio.

La administración de la cadena de suministro (SCM) y la dirección de operaciones son los encargados de rentabilizar al máximo el funcionamiento de la red de suministro. Es decir, deben conseguir el equilibrio entre beneficios y los costes derivados del almacenaje y distribución de los productos. Con ello, se consigue optimizar la gestión de stocks.

Para ello, deben anticiparse y calcular el equilibrio entre oferta y demanda de los productos ofrecidos por la empresa. Cualquier desequilibrio entre estos elementos puede comportar grandes pérdidas para la compañía.

Para poder ofrecer precios competitivos, es imprescindible optimizar los costes de las materias primas y su almacenamiento para no malgastar en recursos de inventario. El equilibrio entre todos estos elementos será una constante en su día a día.

Además de asegurar una mayor eficiencia, calidad y nivel de servicio, la SCM también debe hacer seguimientos de las actividades de la empresa. La automatización de algunos procesos permite monitorear a tiempo real la entrega de suministros y plazos de producción, entre otras actividades.

Con estas innovaciones se consigue una mejor toma de decisiones gracias a la agilidad que aporta disponer de este tipo de informaciones. La correcta implementación de estas herramientas y procesos hará más competitiva y eficiente a la empresa, por lo que se ganará una mayor cuota de mercado.

Otra de las funciones principales del SCM es identificar tendencias de compra para disponer de los productos que mejor satisfagan las necesidades de los clientes. También es la persona encargada de crear un sistema que garantice la entrega de productos a tiempo y en perfectas condiciones.

Todas estas tareas logísticas y de operaciones contribuyen a mejorar el nivel de satisfacción de la experiencia de los clientes, además de los beneficios económicos que puede reportar reducir costes en los procesos logísticos.